miércoles, 27 de marzo de 2024

LOS MONUMENTOS DEL JUEVES SANTO LO CONFECCIONABAN LOS JOVENES MASPALOMEROS

Por Pedro José Franco López


LOS ANTIGUOS MONUMENTOS DE JUEVES SANTO, 
EN LA IGLESIA DEL POBLADO DE SAN FERNANDO.



En Semana Santa las discotecas permanecían cerradas a cal y canto; no se abrían hasta las doce en punto de la noche del sábado (cuando, supuestamente resucitó Jesús).

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… de cuando entrabas y salías siete -7- veces al mismo templo, o te ibas un par de veces al del Tablero…”

Que de recuerdos…!!!.

Don Manuel Montesdeoca nos encomendaba el Monumento de Jueves Santo a un grupo de jóvenes del pueblo. Se decoraban con la participación popular. Los vecinos aportaban según podían.

A unos se le pedían las velas (Elefante); otros prestaban los platos de postre para colocarlas y se le pegaba a cada uno de ellos un papelito con el nombre de la persona que lo prestó.

Las familias más pudientes prestaban sus bandejas de plata; otras las sábanas para cubrir los escalones (hechos con cajas de tomate); las flores (calas y azucenas), las enviaba puntualmente el Conde, de la finca de Arguineguín. 

Y, ya culminado, el Jueves Santo por la noche a cumplir con la tradición de las siete -7- visitas; lo normal era entrar y salir siete veces al nuestro, el de la Iglesia de Maspalomas, si aparecía alguien con coche, nos trasladábamos (apiñaos) y, entrábamos y salíamos un par de veces en la Iglesia más próxima (la del Tablero).
 
Lo normal era entrar y salir siete veces al nuestro, el de la Iglesia de Maspalomas, si aparecía alguien con coche, pués entrábamos y salíamos un par de veces en la Iglesia más próxima (la del Tablero). La gente del Tablero hacía lo mismo, a la viceversa, y nos encontrábamos, hablábamos, compartíamos… 
 

La gente del Tablero hacía lo mismo, a la viceversa, y nos encontrábamos, hablábamos, compartíamos… Éramos pueblo...

Ah!!!, lo más importante: lo de ir a visitar los siete Monumentos era "sí o sí", pués no había otra cosa que hacer, las discotecas permanecían cerradas a cal y canto durante la Semana Santa; no se abrían hasta las doce en punto de la noche del sábado (cuando, supuestamente resucitó Jesús) y allí estábamos haciendo cola ante la Discoteca "Las Arenas" esperando que se hicieran las 12,- en punto, para empezar a bailar como locos el "twist" o la "Yenka". Los más afortunados esperaban el lento "Suspicious Mind" de Elvis.

sábado, 23 de marzo de 2024

EL BARRIO DE LAS COLORADAS, “METAMORFOSEADO” POR LA PASIÓN Y MUERTE DE JESÚS

 


EL BARRIO DE LAS COLORADAS, “METAMORFOSEADO” 

 POR LA PASIÓN Y MUERTE DE JESÚS



Cinco décadas de aquella iniciativa Vecinal:

Solidaria y Reivindicativa.











EL BARRIO

Las Coloradas” es un popular barrio que, administrativamente, pertenece a la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, donde se agolpan sus casas terreras, cuya construcción dio comienzo en 1959 y, según reportaje de Elisa Ardoy en La Provincia de -15 de junio de 2009-, unos 120 metros cuadrados de terreno, costaban 12.000.- pesetas (72,12) euros; y se fabricaban a ratitos, entre sancochos, por los propios vecinos y, de manera tan organizada que, para diseñar sus calles, de su propia iniciativa “mandaron a buscar a un maestro que les asesorara”. Era tan fuerte el vínculo de solidaridad que desde siempre existía en el vecindario, que vale como ejemplo lo ocurrido en los inicios de la configuración urbanística del barrio, cuando algunos vecinos llegaron a hipotecar su propia vivienda, para conseguir el dinero que otro necesitaba para construir la suya.

El núcleo de población toma una fisonomía casi rectangular adaptada al terreno sobre el que se levanta. Recibe su nombre de la montaña homónima junto a la que se asienta, , cuya capacidad tiene agotadas toda posibilidad de crecimiento por el relieve donde se ubica; una pequeña meseta casi cuadrangular donde los lados Norte, Oeste y Sur son las rampas de la meseta y el Este es la frontera con el límite de la zona de seguridad -perímetro de la zona militar del Ministerio de Defensa-, que ocupa gran parte del suelo de La Isleta.


Fue a principios de la década de los años 70 del siglo pasado, cuando se puso el foco en la problemática social del barrio de Las Coloradas y lo que se nos mostraba eran escenas, más bien propias de las Hurdes cacereñas y reflejadas en el documental “Tierra sin Pan”, de Luis Buñuel (1933).

Según manifestaciones del colaborador de la Asociación de Cabezas de Familia: Pedro Bolaños; “No teníamos ni agua, ni alcantarillado, ni carreteras”, ni luz eléctrica y nos alumbrábamos con luces de carburo, luego con velas y petróleo hasta que llegó el gas”. Sobre el estado y las condiciones del barrio, añade “Los niños jugaban en las calles de tierra y piedras que se encharcaban cada vez que llovía, íbamos con las barricas de vino a coger agua del mar, que utilizábamos para ducharnos; un burro se utilizaba para la recogida domiciliaria de basuras y un habitáculo prefabricado por los propios vecinos, que hacía de Salón de Actos, de Iglesia y durante la semana de Escuela”, que costearon a base de recogidas de botellas, de papeles y de la propia aportación de cada vecino”.

Sin embargo, no era “Las Coloradas” el clásico barrio de suburbios o de chabolas, de niños sucios y harapientos; nada de eso; era un barrio en el que cada vecino se encargaba de mantener limpia su parte de calle y, como quiera que por parte de las instituciones se le daba la espalda, decidieron poner manos a la obra para dignificar su vida comunitaria; hicieron frente a todos los problemas, improvisaron los servicios y el barrio se sentía orgulloso de lo que tenía, producto de su propio esfuerzo.

Ante su lamentable situación, los vecinos deciden plantarse y dar una sonoro “aldabonazo” y se unen para reivindicar que su precaria vida cambie a fin de, tan sólo parecerse, al resto de sus conciudadanos del resto de la capital de la isla, Las Palmas de Gran Canaria, a la que pertenecen; para ello, ni cortan calles, ni queman contenedores de basura -estaban por venir-, ni despotrican lo más mínimo, con algarabías y jacarandas; todo lo contrario: deciden montar un espectáculo anual: la escenificación de “La Pasión y Muerte de Jesús”. De común acuerdo, todo el pueblo y todos a una, como un Fuenteovejuna grancanario, se proponen hacerla a lo grande, al aire libre; con la intervención de más de mil participantes entre actores, actrices y figurantes; se plantea preparar las infraestructuras necesarias para acoger a unos 20.000 espectadores, pretendiendo que se perpetúe en el tiempo y que termine convirtiéndose en un evento de interés religioso, social y turístico.

La dirección recurre al texto original de Enrique Zumel, tratando de emular -salvando las diferencias-, a las míticas representaciones, algunas de ellas con siglos de existencia, que se celebran en territorio peninsular; queriendo demostrar de lo que es capaz un barrio ninguneado por mejorar sus condiciones de vida.

LA PASIÓN Y MUERTE DE JESÚS

Isidro Gómez López: Realizador del espectáculo de La Pasión y Muerte de Jesús, además, cuidaba al máximo todos los detalles que lleva consigo el montaje de una obra donde intervienen tantos actores; Isidro era muy conocido en el ambiente cultural y festivo de la ciudad, no en vano era un excelente titiritero y marionetista creador de los guiñoles “Chopito y Chaporro”, con los que recorrió, durante años muchas fiestas populares de las islas; Las Palmas de Gran Canaria le homenajea nominando una calle a su nombre, junto a personajes de la talla de José Milllares Sall, Fachico Rojas Fariña y Josefina de la Torre, entre otros.

Del magno espectáculo se responsabilizarían las fuerzas vivas del pueblo: las directivas del Teleclub y de la Asociación de Cabezas de Familias -modelo entre las de su género-; miembros de esta Asociación, llegaron a manifestar en su día que “el Ayuntamiento llegó a no reconocerles como parte integrante del municipio de Las Palmas de Gran Canaria”, por lo que, desde su fundación en 1969, asumieron la tarea de luchar para que sus justas reivindicaciones fueran atendidas.

Isidro Gómez, sentado en uno de los pupitres de la Iglesia-Escuela, explicaba los detalles del montaje que, como primer paso y, cada año, convocaba previamente un concurso para publicar el cartel anunciador del evento que, en alguna de sus ediciones, se llegaron a presentar hasta 78 propuestas. Lo patrocinaba la Caja Insular de Ahorros de Gran Canaria y se otorgaba un premio único de 10.000 pesetas, celebrándose la exposición en la sede de dicha entidad de la Calle Mayor de Triana y en el Castillo de La Luz; en 1971, el pintor Rafaely obtuvo el primer premio, mereciendo lo propio las creaciones de Rafael de Andrés en 1972 y 1973. En 1974, año en que el Concurso adquirió ámbito Regional, José Pradera sería el ganador, repitiendo premio en 1975.

La escenificación de los distintos “cuadros” de La Pasión, se desarrollaba sobre una superficie aproximada de 60.000 metros cuadrados: la montaña de los Canarios, se convertía en el Gólgota, el caserío de Las Coloradas -convenientemente disfrazado y decorado-, sería Jerusalén (Huerto de los Olivos, Palacio de Pilatos, Casa de Caifás, lugar de la Santa Cena, etc. El público se acomodaba en el campo de fútbol y sus gradas, habilitándose otros espacios para los espectadores en pie, así como para cercar los rebaños de camellos, cabras, caballos, etc.

Isidro, resaltaba algo muy peculiar: los técnicos de sonido eran los mismos de la emisora Radio Ecca, que el Ejército participaría en las escenificaciones con su Banda de Música (Cornetas y Tambores) y que, para suplir la “música en conserva”, se contaría con la valiosa colaboración de la Coral Polifónica de la Caja Insular de Ahorros de Gran Canaria, bajo la dirección del maestro Falcón Sanabria.

José M. Fernández, director de La Pasión y, a su vez, del grupo de Teatro del barrio -Talía-; manifestaba que, sus principales objetivos eran los de atraer la atención hacia Las Coloradas de las autoridades y ciudadanos de las Palmas de Gran Canaria; hacer una llamada de atención hacia sus condiciones de vida y dar un aldabonazo en la conciencia de todos los que miran a Las Coloradas, olvidándose de que allí viven personas y, en segundo lugar, la de crear una tradición que perdurara en el tiempo; para ello iba a poner a disposición su experiencia y conocimientos adquiridos como profesional del teatro en las compañías de Valeriano León y Aurora Redondo, y en el Teatro Popular Español.

Manifestaba también que, al venir de vacaciones a Gran Canaria su esposa, Esther de Fernán, también actriz e intérprete de la Virgen María en varias ocasiones, se enamoró de la isla y se quedaron en Las Coloradas, contagiando inquietudes teatrales a niños y jóvenes.

De entre los actores y actrices, -bien profesionales y aficionados o vecinos de Las Coloradas, que participaron en cada una de las treinta representaciones que se celebraron durante seis años, algunas de ellas con setecientos participantes, destaca el papel de Jesús, encarnado por el actor canario Paco Acosta (1970 y 1971), que se trasladaba desde Madrid al efecto.

Difícil seguir enumerándolos a todos; ahí quedan para la historia las interpretaciones exquisitas de los que interpretaban a: la Virgen María, María Magdalena, la Verónica, Judas, Pilatos, Barrabás, Caifás, Anás, Nicodemus, José de Arimatea, Ángeles, Centuriones, Apóstoles, Romanos, Escribas, Sacerdotes y Fariseos, Soldados… Y, por supuesto, la participación de las mujeres y hombres, niñas y niños del barrio de Las Coloradas, principalmente en papeles de pastores y gentes del pueblo de Jerusalén.

José Suárez, miembro del Grupo de Teatro “Talía”, que interpretó algunas veces a Jesús (de 1972 al 1975); a la pregunta de por qué no se dejaba barba al efecto, manifestó algo que resultó bastante anecdótico: “Porque estoy haciendo el servicio militar en el Regimiento de Artillería.94 y no he querido molestar allí para que me permitiesen dejarme la barba”.

Estrella Rodríguez Domènech, vecina de Las Coloradas desde hace más de cincuenta años, recuerda la combinación social y cultural que tuvo la representación de ‘La Pasión’ en el barrio. Su participación en la obra incluyó muchos aspectos, desde la ayuda con la preparación del evento, hasta la interpretación de varios papeles en el reparto; Verónica será uno de sus personajes más recordados, pudiendo recitar hoy aún alguna de sus frases: ‘’Apartaos impíos, ni la cara de hombre le ha quedado, y todavía tiráis por él’’. La memoria de Estrella guarda gratos recuerdos de aquellos montajes teatrales que, si bien muchos de los actores y figurantes eran amateurs, la entrega y el compromiso por la obra hacía que, junto al espacio, el texto fuese aún más fidedigno, hasta el punto de ‘’un año, mientras el personaje de Cristo subía al Calvario y era azotado de manera ficticia por un soldado, un vecino de aquí, de La Isleta, saltó sobre el romano para frenar los latigazos y salvar a Jesús, era todo muy realista’’. Muchas son las historias de bambalinas que se vivieron en el barrio con motivo de la celebración de este gran evento, de cuya memoria Estrella rescata el hecho de ‘’La Pasión acababa a las tantas de la noche en el Bar de Brunito -situado donde hoy se encuentra el Restaurante El Padrino- hacía un tremendo caldero de huevos duros para dar de comer a los participantes’’.

Óscar Montesdeoca Cruz, que interpretó a Barrabás en varias ocasiones -era maquinista de rotoplana-, manifestaba lo siguiente al periodista José L. González Pérez, en entrevista de 1971 que no le gustaba el teatro, pero que si participaba en La Pasión era por el barrio y, para visibilizar la precariedad de sus vidas; y continúa: ‘’si bien la situación era inhumana, tenía a gala presumir de lo que hubieran logrado con muchísimo esfuerzo, con la unión y solidaridad de todos los vecinos y sin la ayuda de nadie”. En cuanto a la logística en el barrio, detalla, “Pagábamos a cada vecino 40,- pesetas semanales por la luz (a motor), que cuando no fallaba por un cable el motor, fallaba por la batería descargada y que funcionaba desde las 06,30 horas hasta que terminaba la programación de la televisión. También se pagaban 100 pesetas mensuales para la recogida de la basura domiciliaria; lograron que un micriobús hiciera un servicio de transporte (Las Coloradas/La Isleta), que les costaba 3,- pesetas los días laborables y 5,- los festivos; los propios vecinos nos organizábamos para comprar cubas de agua, para el suministro del hogar.’’

Las distintas representaciones de La Pasión y Muerte de Jesús, gracias a las gestiones realizadas por los miembros de la Asociación de Cabezas de Familia, tuvieron la colaboración y patrocinio del Cabildo de Gran Canaria, Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, las Delegaciones Provinciales del Ministerio de Información y Turismo, el de Cultura y, la Caja Insular de Ahorros de Gran Canaria.

SE INICIAN LAS OBRAS DE LA URBANIZACIÓN 

LAS COLORADAS.

Para terminar, reproducimos el texto de la nota de prensa que la Asociación de Cabezas de Familia de Las Coloradas, cursaba a toda la prensa, tres años después de iniciarse las representaciones de la Pasión y Muerte de Jesús:

El día 12 de febrero de 1973, será una fecha que quedará grabada con letras de oro, en la larga historia de este modesto barrio porteño que es Las Coloradas, pues han culminado con éxito, las largas gestiones durante años y años, de esta Asociación y por fin han empezado las obras de urbanización y esperamos verlas concluidas dentro de pocos meses si Dios quiere.

Verdaderamente era emocionante el ver a algunos vecinos que, desde muy temprano, esperaban la llegada de los tractores y camiones, aún con la duda de si lo que estaban viendo era sueño o realidad, y en el preciso momento de comenzar el movimiento de tierra, la alegría y la emoción fue tal que hubo vecinos que no pudieron contener las lágrimas, especialmente entre los más ancianos”.

Para la posteridad y para la memoria colectiva de futuras generaciones, nos queda en Las Coloradas la nomenclatura de sus calles, nominadas después de la apoteosis que supuso el desarrollo de La Pasión en el barrio, pudiendo observar la Avda. Semana de la Pasión -rotulada en 1994- y las calles María Dolorosa, Jesús Nazareno, Verónica y los apóstoles Pedro, Juan, Santiago y Mateo.

Finalmente, por nuestra parte, agradecer la valiosa colaboración de Kevin Truillo, administrador de la página de Facebook “Fotografías antiguas de Las Coloradas en Las Palmas de Gran Canaria” y de la informante Estrella Rodríguez Domènech, que interpretó en algunas ocasiones a la Verónica.

Por último, poner en valor las fuentes de las que nos hemos valido para confeccionar este trabajo, gracias a los exquisitos reportajes publicados en el periódico La Provincia, a cargo de los periodistas: José A. Alemán (diciembre de 1970); A. O’shanahan (abril de 1971) José L. González Pérez (1971) y J.M. Balbuena (marzo de 1972) y, en El Eco de Canarias, José Martín Ramos (abril de 1974).

lunes, 4 de marzo de 2024

D.E.P. JUAN CABRERA TRUJILLO


 Tarde de lunes muy triste. Nos ha dejado Juan Cabrera Trujillo, quién nos diera tantas jornadas de gloria al frente de la Portería del Club Deportivo San Fernando, Club Deportivo Maspalomas y tantos otros del sur grancanario. Gracias por todo y por tanto Juan, Que la tierra te sea leve.

Vaya nuestro más sentido pésame a toda su familia y amigos.

El Velatorio estará esta tarde-noche en el Tanatorio de Maspalomas.

domingo, 3 de marzo de 2024

1974/2024: CINCUENTA AÑOS DE LAS “FIESTAS DE INVIERNO” DE MASPALOMAS

 

Por Pedro José Franco López

Técnico en Patrimonio Histórico y Cultural

Roque Nublo de Gran Canaria/2020

 


    No es nuestra intención, proclamar con este artículo el 50 aniversario del Carnaval de Maspalomas, ya que fue en 1980 cuando, en verdad, se inicia éste -configurado tal como lo concebimos en la actualidad-, y que tuvo sus inicios en la calle Málaga de Playa del Inglés, entre los centros comerciales Kasbah y Metro; impulsado por el concejal de turismo de entonces: Juan Quevedo Cazorla, apoyado en dos pilares fundamentales: el empresariado turístico y múltiples colectivos sociales del municipio.

    Lo que sí pretendemos es aprovechar la oportunidad que se nos ofrece este año, para conmemorar y homenajear la “quijotada” que emprendieron en 1974 -Bodas de Oro de aquella hazaña-, un grupo de empresarios entusiastas y comprometidos con el devenir de una industria turística, que contaba tan sólo con 10 años de vida.

    La iniciativa surge dentro del CITE de zona e inmediatamente fue asumida por el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, consciente de la necesidad de una Promoción Turística de envergadura que permitiera además ofrecer unas distracciones muy merecidas a los trabajadores del Sur de Gran Canaria; para lo que convoca a un grupo de empresarios, a fin de valorar la celebración de un Carnaval en Maspalomas, pese a las prohibiciones; eso sí, “disfrazado” -y valga la redundancia-, bajo el epígrafe de “Fiestas de Invierno”, tal como se venía haciendo desde años atrás, en los ayuntamientos de Santa Cruz de Tenerife y el Puerto de la Cruz; una “pica en Flandes”, de la que se cumplen 50 años por estas fechas.

 

 ANTECEDENTES.

    Para los más jóvenes, aclarar que el Carnaval, propiamente dicho, estaba prohibido en Canarias, por el Régimen Político de entonces, desde el año 1936, en que da inicio la Guerra Civil Española; y el pueblo, los teatros y sociedades de la isla, trataban de camuflarlo ante la autoridad competente, con el nombre de “Fiestas de Invierno”, para burlar la férrea persecución que hacía a estos festejos el Gobierno Civil.

 

    Y es que, mientras los chicharreros tuvieron a favor el tener por esa época unos Gobernadores Civiles que se dejaron “engatusar”, contaban también con un Obispo, Monseñor Pérez Cáceres, que concedía alguna que otra permisividad. En Gran Canaria, sufríamos los rigores del Obispo Monseñor Antonio Pildain y Zapiain (el que había intentado dividir la Playa de las Canteras en dos, una parte para hombres y otra para mujeres) y, en cuanto a los Bailes, sobre todo los de Carnaval, lo de -bailar pegados-, ponía hasta el límite de los nervios al buen hombre.

 

SOCIEDAD DE PEDRO VEGA, EN EL TABLERO.

    En los 60 y 70 se organizaban unos grandes Bailes de Carnaval, famosos en todo el Sur de la isla, en la Sociedad de Pedro Vega del Tablero; allí se concentraban todas las Máscaras del Sur de la isla y algunos grupos organizados de Parrandas de Mascaritas; los más afortunados, si no tenían novia formal y contaban con algún amigo que tuviera coche, se iban a Agüimes, indudable cuna del Carnaval rural y/o antiguo de Gran Canaria.

    Era frecuente tropezarte con una particularidad muy curiosa; y es que, en Sociedades de otras partes de la isla, las mascaritas se tenían que desenmascarar en lugar aparte, para identificarse ante la Policía; en el Tablero también se hacía -en el interior de la Taquilla-, pero por distinto motivo: para ver de que sexo realmente eras, ya que las mujeres no pagaban la entrada y los hombres sí; pero esa es otra historia.

    Aquel intento de hace 50 años -aunque efímero total-, ya que se hizo sin ambición y con más ilusión que medios; tuvo como principal hándicap el que surgió sin intervención ni participación popular, incuestionable cuando de un Carnaval se trata.

    Abundando en el tema que nos ocupa, esta proeza, es aún más de alabar y homenajear, pues la iniciativa fue pionera en la isla de Gran Canaria, ya que en Las Palmas de Gran Canaria, se iniciaron los trámites, para celebrar el Carnaval, en 1975, ya fallecido el Generalísimo; se crea un Patronato del Carnaval en 1976 y, se celebró el primer Carnaval (aquel que arrancó desde la Isleta) en 1977 y pervive hoy en día aquella mítica estrofa: Ahí vienen los Carnavales por la punta de la Isleta, el que no quiera celebrarlos que se vaya a la gran puñeta”.

Aún así, queda dicho a todos los navegantes que: la primera experiencia de Carnaval o Fiestas de Invierno, en la isla de Gran Canaria, aunque frustrada, fue en Maspalomas.

    Lo cierto es que, coincidiendo con las fechas oficiales del Carnaval, se celebran en Maspalomas unas “Fiestas de Invierno”, para lo que se crea una comisión y se reparten tareas, que las emprenden con ilusión, sabedores de que era preciso que este primer paso, debía ser fuerte y sólido, para continuar celebrándose unas Fiestas de mayor trascendencia en el futuro.

    Francisco Crusat López, que ejercía de Interventor del Ayuntamiento, asume gestionar la financiación de los actos y, curiosamente -hoy impensable-, vemos como, casi a página completa, el periódico El Eco de Canarias de 23 de febrero de 1974, detalla minuciosamente cómo se financiaron las Fiestas, cuales fueron los ingresos, las fórmulas para recaudarlo y, cómo se distribuyeron.

Así tenemos que el presupuesto ascendió a la cantidad de cuatro millones doscientas treinta y seis mil pesetas, cantidad en la que no se incluye la valoración de numerosos servicios realizados gratuitamente por los industriales de la zona, como cocktails, hospedaje para visitantes, camiones, operarios, etc.

    Para obtener esta cantidad se llevó a cabo un pequeño plan financiero cuyos aspectos más importantes vienen a ser los siguientes: La aportación del Ayuntamiento que asciende a un millón setecientas mil pesetas, se destina íntegra, a la financiación del I Rallye Automovilístico de Maspalomas (del que también se cumplen sus Bodas de Oro por estos días) y la aportación voluntaria de los industriales de la zona estaba calculada en ochocientas mil pesetas.

    El resto de la financiación se proyectaba recaudarla con la contribución de los establecimientos hoteleros a razón de 10 pesetas por cama, las salas de fiestas tres mil pesetas; los Restaurantes dos mil pesetas; comercios en general mil pesetas y establecimientos bancarios diez mil pesetas.

    


    La aportación de las empresas urbanizadoras se establecía en la cantidad de doscientas mil pesetas; de las empresas proveedoras de productos por publicidad y exclusiva de venta se espera obtener la cantidad de cuatrocientas mil pesetas; de taquillaje por espectáculos ochocientas mil pesetas; por la explotación de un bar doscientas mil pesetas y el resto de pequeños y diferentes ingresos.

CARTEL ANUNCIADOR Y PROGRAMA DE ACTOS.

    Un capítulo importante del Presupuesto fue el dedicado a la publicidad y promoción al que se dedicaron unas Cuatrocientas mil pesetas, confeccionando un Cartel atractivo y sugerente, dónde una chica muerde una manzana, con las Dunas de Maspalomas de fondo y un Programa de Actos, con saluda del Alcalde Enrique Jorge del que se editan 21.000 ejemplares; que incluso contenía un Prólogo de exquisita y bella prosa de Josefina Mújica, que consistía en todo un cántico a la canariedad del municipio tirajanero; textos que casi con toda seguridad formaban parte también de su obra literaria “Cuentos de mi Tierra -Homenaje a Pancho Guerra”, con la que ganó, también en 1974, el I Premio Literario Pancho Guerra, que convocara el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana.

 

    Además, dejar constancia que estos festejos también tuvieron Pregón, que retransmite las ondas de Radio Atlántico y que estuvo a cargo de Xavier Palín, de nacionalidad sueca y guía de profesión; hablaba perfectamente siete idiomas y fue el auténtico pionero de los programas informativos para extranjeros en Gran Canaria, a través de varias emisoras en la capital de la isla y el sur grancanario; por todo eso y por sus servicios desinteresados al pueblo tirajanero, en el año 2001, el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, le distingue como Hijo adoptivo del Municipio.


    El Programa de actos, cuyas actividades se desarrollaron del 20 al 25 de febrero, aunque nada carnavaleros, contenía actividades de los más variados gustos, como: Un Campeonato de Petanca, Una gymkana-exhibición con los vehículos participantes en el I Rallye Maspalomas; un Tiro al Plato, que se celebró en la Playa de Las Burras; una competición de Lucha Canaria; una Pelea de Gallos -entre una gallera de Maspalomas y otra de Las Palmas-; una Misa Ecuménica; una competición de Ajedrez, con exhibición del gran maestro Internacional Bent Larse; además de Verbenas, competiciones recreativas de camareros, partidos de fútbol entre profesionales de la hostelería y, varias galas y espectáculos cedidos por Salas de Fiestas y establecimientos similares de la zona turística, como: la Sala de Fiestas del Beverly Park, el Hotel IFA "Dunamar" y el Hotel "Parque Tropical", entre otros.

    Y, como colofón a todos los actos, el lunes, 25 de febrero, se celebró una Cena de Gala y espectacular Fin de fiestas, en el Hotel Beverly Park, en la que se se entregaban los Trofeos del “I Rallye Turístico de Maspalomas”, al precio de 800 pesetas y a la que había que asistir en traje de gala.

 

CARPA DE CIRCO.

    Al no existir en Maspalomas un local para la celebración de actos que requerían espacio cubierto, que se pudiera cobrar una módica entrada y con aforo de unas dos mil personas, se acudió a la contratación de una Carpa de Circo, que se instaló frente mismo a dónde hoy el Hotel Buenaventura y, en el solar, dónde ahora los Bungalows Parque del Paraíso-II.

CABALGATA

 




    A todo esto, lo que sí captó la atención de residentes y turistas, fue la peculiar Cabalgata de “Fiestas de Invierno” que recorrió las principales calles de Playa del Inglés, en la que participaron Bandas de Música, grupos de mayorettes; Agrupaciones folklóricas, originales Carrozas, entre las que destacaban las representativas del empresariado turístico, como: las que representaban a: Viajes Insular, Caja Insular de Ahorros, cadena “Horesa”, -que regía el Hotel Costa Canaria-; Hoteles Sunwing; Hotel “Apolo”; Vingresor; Sala de Fiestas “Tamadaba”; Restaurante “Casa Antonio”; Sala de Fiestas “Beverly Night Club”; La Fonda Vda. de Franco”, etc. y, también apreciamos en el reportaje fotográfico del fotógrafo Juan Franco López, a personajes tan entrañables y populares, como: Pepe “jamaca”, Pepe Caña dulce; Anastasio Moreno y otros..

    De esta sencilla y entrañable Cabalgata se grabaron imágenes por “NO-DO”, que se exhibieron en todas las pantallas cinematográficas españolas.

ORGANIZACIÓN

    Destacar que si bien el alcalde titular de la época era Enrique Jorge García, al estar enfermo le sustituía Enrique Velando Casteleiro, aunque José Macías del Toro, también alcalde accidental meses antes, abría la Cabalgata sobre un elegante corcel blanco.

    De la Comisión Organizadora nombrada al efecto y que hicieron posible aquella hazaña; destacar a Andrés Martínez, (Director de la Sala de Fiestas del Beverly Night Club); Pepe Nieto, director del hotel Sáhara Playa; Bienvenido Angulo (Presidente Del Club de Lucha Maspalomas); Antonio Santana (dueño del Restaurante Casa Antonio); Raimundo Macías, Funcionario Mpal.; etc.

I RALLYE DE MASPALOMAS.


    Como decíamos, la aportación municipal a estas fiestas, estuvo destinada en su totalidad a la financiación del “I Rallye de Maspalomas”, del que se cumple este año también sus Bodas de Oro; en aquella primera edición se catalogaba como de dureza impresionante, con un recorrido dónde predominaba: tierra, baches, piedras, polvo, lagunas, etc.; tuvo como vencedores a Jesús Iglesias y Fernando Ley con un Fiat Abarth 124; en segundo lugar quedó Medardo Pérez y Miguel A. Toledo y, en tercero, Peter Harper y Carlos Hafner. 

    Estuvo organizado por la Escudería Drago, que presidía Juan José Alonso Prieto; y, Miguel A. Domínguez que, en el I Rallye, ejercía de asistente a los equipos participantes; en 1985 fundó la Escudería Maspalomas, que rige los destinos del Rallye Maspalomas hasta día de hoy, ejerciendo él mismo como Presidente.

 

    Huelga decir que la dilatada historia de este histórico Rallye, merece que, su 50 aniversario, cuente con reportaje aparte y exclusivo.

 

    Sólo nos queda felicitar y agradecer a todas y cada una de las personas que, con gran tino y atino, dieron el pistoletazo de salida, hace medio siglo, a lo que hoy llamamos, mejor dicho, llaman: Carnaval Internacional de Maspalomas.

 

INFORMANTE: ANDRÉS MARTÍNEZ AYLLÓN.



    Nos hace de informante, en todo lo referente a aquellas Fiestas de Invierno en Maspalomas, Andrés Martínez Ayllón: valenciano y fallero como tenía que ser; hoy en día con ochenta años de edad -muy bien llevados-; se cultiva desde jovencito en todo lo referente al mundo de la noche y el espectáculo en la Costa Levantina, hasta que el destino le hace desembarcar en Maspalomas y, con apenas treinta año se convierte en el director de la primera Sala de Fiestas de Maspalomas, el “Beverly Night Club” 

    La casualidad hace que una semana antes de que el alcalde tirajanero convoque a distintos empresarios para tratar sobre la celebración de una Fiestas de Invierno, Andrés conociera a Hernando Cortés, que era propietario de dos Carpas de Circo; propone en la reunión alquilar una de ellas, la comisión lo acepta y, en tándem con el empresario Pepe Nieto, director del hotel Sáhara Playa, -su amigo y compadre- y, como si de una productora se tratara, se responsabilizan de todas las actividades artísticas de los festejos: contrataciones, infraestructuras, escenarios, etc.

    El alquiler de la Carpa no le resulta coste alguno al Ayuntamiento, pues según nos cuenta Andrés Martínez, lo pagó de su propio peculio; Cortés le cede además un Camión de Luz y Sonido, y es así como, quitándole las gradas a la Carpa, la convierten en una gigantesca sala de Fiestas, dónde se celebraron toda clase de actividades y espectáculos.